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Lunes, 07 Octubre 2019 16:02

Review de la película 'CUERNAVACA' ópera prima de Alejandro Andrade. Alejánd(r)o-nos de la narración...

Escrito por  Publicado en Reviews películas 2022-2023

Gran testimonio de la riqueza interna de su director que lamentablemente, no nos llega

Sentimos muchísimo tener que decir que nos ha aburrido hasta la médula. Y lo lamentamos porque hay una férrea voluntad de ofrecer un trabajo cuidado, mimado que proviene del fondo más sentido del director. En esta ocasión nuestra crítica pretende ser constructiva.
El objetivo no es palmearle la espada a Alejandro Andrade sino ofrecerle nuestra visión del porqué nos ha causado sopor cuando, a priori, es una película que nos tendría que haber gustado.
Que nuestra opinión sea o no tenida en cuenta dependerá en gran medida de si le llegan estas palabras (lo cual es difícil pero nunca imposible).  Si en algún momento esta humilde crítica corona la cima, Sr. Andrade tenga por seguro que hemos apreciado el esfuerzo y el empeño puestos en su film. Sólo para que sepa todo aquello de lo que no hemos podido disfrutar y que nos hubiese encantado, le dejamos una valoración.

Con el objetivo de hacer partícipes a aquellos que se tomen la molestia de leer, empezaremos por resumir la película a modo de introducción: Andy es un niño de unos 10 años que pierde a su madre en los primeros momentos del metraje. La persona que cultivaba la confianza e independencia emocional del niño borrada del mapa por un tiroteo en una tarde de compras en la ciudad de México. Andy es llevado a vivir con su abuela (Carmen Maura) a Cuernavaca, una ciudad situada al sur de México DF, en la espera de que su regrese su padre el cual no queda claro dónde está. Allí encontará todo un elenco de personajes que se sumarán a su cotidianedad y pasarán a formar parte de su nueva realidad. Andy deberá ir desvistiendo su infancia para adquirir los ropajes de la edad adulta con todos los atuendos acordes a las inumerables situaciones con la que irá topando. La omisión, la mentira, el abandono de uno mismo frente a la voluntad, el dolor, el amor, las pasiones fugaces, los vicios ocultos y las puertas secretas confoman el abanico del nuevo mundo abriéndose paso ante Andy.

Percibimos el despertar de la juventud, sus preocupaciones y sus quebraderos emocionales. Advertimos uno de los grandes temas de la humanidad: la familia y cómo influye en nuestro presente y por ende en nuestros pasado y futuro. Divisamos el esfuerzo por conjugar la desolación y frustración personal de cada caracter por el engaño perpetuo con la esperanza en un mundo hostil en el que no cabe la ensoñación. Creemos que todo el mensaje se lanza desde en enfoque demasiado personal y, por lo tanto resulta exclusivo y excluyente. Nos sentimos apartados desde el primer momento.

El mensaje de los reiterados planos de hormigas no lo encajamos. ¿Somos como hormigas? ¿Hay tantas que la vida de una de ellas tiene un valor nulo? ¿Es la situación en México así? ¿El valor de la vida humana es equiparable al de una hormiga? No nos llega. Esta manera de expresar, testimonio del mundo interno y vocabulario propios del director, no acaba de llegar al espectador. De alguna sútil manera, para no romper cuadro que no ofrece, debería de haber una explicación, una introducción a modo de reflexión sobre el significado de sus percepciones. Si el cine está para comunicar y eso es lo que pretende, debería univeresalizar su visión o bien acojer al público. De lo contrario, la fiesta unilateral puede proseguir. Y tampoco se trata de decir "quien lo tenga que entender, ya lo entederá" lo cual hemos hecho nosotros mismos en inumerables ocasiones pero sólo cuando l información se trata de forma universal y es capaz de ser entendida por cualquiera. No es el caso.

Los diálogos están desprovistos de elementos comunes a todos lo cual permite empatizar y sentirse parte del desarrollo, como apuntábamos anteriormente. Entendemos que el contenido transmitido forma parte de aquellos lugares comunes que se perpetúan a lo largo de la historia. Esos terrenos pantanosos y repletos de vegetación que sólo se atañen por la puerta trasera y que están salvaguardados por el cancerbero del subconsciente representado por la figura de Maura. Por tanto, creemos que tratando de comunicar profundidad en un lenguaje demasiado personal y exclusivo acaba por hacernos sentir frustración, impenetrabilidad y en consecuencia aburrimiento por no saber cómo romper la cada vez más gruesa capa de incomunicación. Nos descolgamos, aburrimos y si no salimos del cine es porque Carmen Maura se come la pantalla y nos lleva a otras reflexiones que las que giran entorno a la película. ¿Cómo es posible que el talento que esta mujer exhibe se haya perdido en nuestras producciones? Nos recuerda a otra maravillosa actriz: Mercedes Sampietro. ¿Dónde están estos talentos? No es posible que no tengamos ningún diamante en bruto en nuestro país. ¿Cómo se forjaron estas maestras de la actuación?

Y nos damos cuenta que nos hemos ido alejand(r)o de la narración, perdidos por las distracciones de un guión que no nos acoje lo suficiente como para hacernos participar de las ausencias, dolores y descubrimientos de Andy. 90 minutos son un precioso lapso de tiempo que se podría haber empleado con mayor profundidad. No la recomendamos porque realmente se hace larga y demasiado pesada sin desmerecer el ímpetu y labor que se esconde tras los fotogramas.